A medida que envejecemos, nuestro cuerpo se enfrenta a nuevos retos, entre ellos los cambios en el sistema inmunitario. A partir de los 60 años aproximadamente, la eficacia del sistema inmunitario empieza a disminuir. Esto hace que los mayores sean más vulnerables a infecciones como la gripe o la neumonía. El sistema inmunitario, que nos protege de virus, bacterias y otras amenazas, se ralentiza con la edad, lo que dificulta una respuesta rápida a los nuevos invasores.
Por qué la inmunidad se debilita con la edad
El sistema inmunitario tiene dos partes principales: la inmunidad innata y la inmunidad adaptativa. La inmunidad innata es la primera línea de defensa del cuerpo, mientras que la inmunidad adaptativa implica respuestas aprendidas a patógenos específicos. Ambas partes cambian con la edad.
Uno de los órganos más importantes del sistema inmunitario es el timo, que produce células T. Las células T son glóbulos blancos que combaten las infecciones. A medida que envejecemos, el timo se encoge y produce menos células T. Esto limita la capacidad del organismo para responder a nuevas infecciones. Además, disminuye la eficacia de la médula ósea, que produce otras células inmunitarias importantes, lo que debilita aún más el sistema inmunitario.
Riesgo de enfermedades crónicas
Con un sistema inmunitario debilitado, el cuerpo es más susceptible a las enfermedades crónicas. Una respuesta celular inmunitaria más lenta puede permitir que se arraiguen más fácilmente enfermedades nocivas como el cáncer, la diabetes y las cardiopatías. Otro problema es la inflamación crónica. Esta afección, denominada «inflamación», se asocia a enfermedades frecuentes en los adultos mayores. Se produce cuando el sistema inmunitario permanece ligeramente activo incluso cuando no es necesario. Con el tiempo, esta inflamación constante puede dañar las células y los tejidos sanos.
El papel de las vacunas en la salud de los mayores
Las vacunas son importantes a cualquier edad, pero para los mayores desempeñan un papel clave. Dado que el sistema inmunitario de los mayores no responde tan rápidamente, las vacunas pueden ayudar a protegerse contra enfermedades que pueden provocar complicaciones graves. Las vacunas contra la gripe, la neumonía y otras se recomiendan a menudo a los mayores de 60 años. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las vacunas pueden ser menos eficaces para los mayores debido a una ralentización general de la respuesta inmunitaria. No obstante, siguen siendo una defensa importante.
Apoya el sistema inmunitario mediante el estilo de vida
Aunque el sistema inmunitario se debilita con la edad, hay muchas formas de fortalecerlo. La actividad física regular, una dieta equilibrada y un sueño de buena calidad son importantes para mantener una respuesta inmunitaria fuerte. Comer alimentos ricos en vitaminas como la C, E y A, y minerales como el zinc y el hierro, también puede ayudar. Los mayores también deben asegurarse de obtener suficiente vitamina D, que desempeña un papel importante en el sistema inmunitario, pero que resulta más difícil de producir a medida que envejecemos.
Además, mantener un intestino sano puede mejorar la salud inmunitaria. El intestino alberga una gran parte de las células inmunitarias del organismo, y un microbioma intestinal equilibrado ayuda a mantener el sistema inmunitario en buena forma. Los mayores deben consumir alimentos que fomenten las bacterias buenas en el intestino, como frutas frescas, verduras y cereales integrales.
Bienestar mental e inmunidad
Una buena salud mental está relacionada con un sistema inmunitario fuerte. El estrés y la ansiedad pueden debilitar el sistema inmunitario, haciendo que el cuerpo sea más susceptible a las enfermedades. Es importante que los mayores se mantengan socialmente activos, encuentren actividades que les gusten y controlen los niveles de estrés con técnicas de relajación. El pensamiento positivo puede afectar directamente al modo en que el cuerpo combate las infecciones y las enfermedades.
En Atena, comprendemos lo importante que es mantener una buena salud, especialmente a medida que envejecemos.
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