Los mayores pueden perder interés por la comida por muchas razones. Las afecciones médicas, los medicamentos o incluso factores emocionales como la soledad pueden afectar a los antojos. Tu trabajo como cuidador consiste en reconocer estos factores. Cuando sepas cuál es la causa del problema, podrás encontrar soluciones eficaces.
Ofrece raciones más pequeñas pero más a menudo
En lugar de tres comidas copiosas, ofrece raciones más pequeñas más a menudo durante el día. Las comidas copiosas pueden sobrecargar a los mayores, sobre todo si no tienen hambre. Las raciones más pequeñas y manejables son más fáciles de digerir y pueden ayudar a reavivar el interés por la comida.
Haz que la comida sea más agradable
El aspecto y el olor de la comida pueden marcar una gran diferencia. Los platos de comida de colores brillantes pueden resultar más atractivos. Intenta crear un ambiente cómodo durante la comida: siéntate con la persona, mantén una conversación y evita distracciones como la televisión. Un ambiente tranquilo puede animarles a comer más.
Céntrate en los alimentos ricos en nutrientes
La calidad suele ser más importante que la cantidad. Ofrece comidas densas en nutrientes pero no demasiado pesadas. Los batidos llenos de frutas, verduras y proteínas son una gran elección. Las sopas, los huevos y el yogur también pueden aportar nutrientes valiosos sin abrumar al estómago.
Favorece la hidratación
A veces los mayores pueden confundir la sed con el hambre. Asegúrate de que beben mucho líquido durante el día, sobre todo agua. Si el agua sola no te gusta, prueba con agua aromatizada, infusiones o zumos de fruta. La hidratación desempeña un papel importante en el mantenimiento del apetito y de la salud en general.
Respeta sus preferencias
Las preferencias gustativas suelen cambiar con la edad. Presta atención a los alimentos que les gustan e intenta incluirlos en las comidas. Si a una persona mayor no le gustan determinadas texturas o sabores, busca alternativas que le aporten el mismo valor nutritivo pero que le resulten más atractivas.
Control de los medicamentos
Algunos medicamentos pueden causar pérdida de apetito como efecto secundario. Si notas un cambio significativo tras una nueva prescripción, habla con un profesional sanitario. Él o ella puede ajustar la dosis u ofrecer alternativas que tengan menos efecto sobre la sensación de hambre.
Utiliza suplementos dietéticos si es necesario
Si un anciano sigue teniendo problemas para comer lo suficiente, los suplementos nutricionales pueden ayudarle. Estos suplementos se presentan en distintas formas, como bebidas o polvos, y aportan vitaminas y minerales esenciales. Sin embargo, consulta siempre a un profesional sanitario antes de añadir cualquier suplemento a la dieta.
Sé paciente y solidario
Animar a una persona mayor a comer puede ser un reto, pero es importante tener paciencia. La alimentación forzada o la presión pueden tener un efecto negativo. En lugar de eso, ofrécele comidas y tentempiés sin darle importancia. Celebra los pequeños éxitos, como cuando terminan de comer, y céntrate en los progresos graduales.
En Atena, comprendemos los retos que supone cuidar de alguien. Si buscas apoyo o asesoramiento experto, nuestro equipo está aquí para ti. Ponte en contacto con nosotros hoy mismo para saber cómo podemos facilitarte el trabajo.