No todos los andadores son iguales. Algunos tienen ruedas, otros no. Algunos ofrecen un asiento, otros sólo un armazón básico. La elección correcta depende de la movilidad, el equilibrio y la fuerza del usuario. Un fisioterapeuta o un cuidador pueden ayudar en la selección. La altura ajustable es importante: ajustar mal el andador puede causar incomodidad y aumentar el riesgo de caídas.
Ajustar el andador a la altura correcta
Un andador correctamente ajustado facilita el movimiento y aumenta la seguridad. Cuando el usuario está de pie dentro del andador, los codos deben estar ligeramente doblados, en un ángulo de aproximadamente 15 grados. Las manos deben descansar cómodamente sobre las empuñaduras. Un andador demasiado bajo obliga a la persona a encorvarse, mientras que uno demasiado alto sobrecarga los hombros.
Técnica de marcha correcta
Muchas personas empujan el andador demasiado hacia delante, lo que puede provocar una pérdida de estabilidad. Lo mejor es desplazar el andador sólo un paso hacia delante y luego dar un paso hacia él. Los pies deben permanecer dentro del marco del andador. Si el andador tiene ruedas, los usuarios no deben apoyarse demasiado en ellas, ya que pueden moverse rápidamente. Es importante agarrar firmemente las empuñaduras y dar pasos lentos y controlados.
Movimiento sobre diferentes superficies
Los suelos lisos de interior son más fáciles de pisar, pero los de exterior pueden ser traicioneros. Los desniveles, las alfombras y los umbrales aumentan el riesgo de tropezar. Los andadores con ruedas más grandes se mueven mejor sobre superficies irregulares. Si un andador no tiene ruedas, es más seguro levantarlo al caminar para evitar tropiezos. En casa, conviene quitar las alfombras sueltas y asegurar los cables para minimizar el riesgo de caídas.
Superar bordillos y escalones
Los andadores no están diseñados para subir escaleras. Si no hay disponible una rampa o un ascensor, es mejor buscar una alternativa segura. Para los bordillos pequeños, ayuda la regla «arriba con la pierna más fuerte, abajo con la más débil». Al subir un bordillo, sube primero la pierna más fuerte, luego la más débil y por último el andador. Al bajar, sube primero el andador, luego la pierna más débil y, por último, la pierna más fuerte.
Sentarse y levantarse con seguridad
Muchas caídas se producen al sentarse o al levantarse. Al sentarse, hay que retroceder hasta que los pies toquen la silla. Al bajar, hay que mantener las manos en los brazos de la silla, no en el andador. Al levantarse, es más seguro empujar primero la silla con las manos y luego agarrar el andador.
Mantenimiento de andadores
Un andador bien mantenido proporciona mejor apoyo y dura más. Es importante comprobar con regularidad los tapones de goma y las ruedas para asegurarse de que no están desgastados. Si el andador tiene frenos, deben comprobarse con frecuencia. Un cuidador o un familiar pueden ayudar con los ajustes y las reparaciones.
Un andador bien utilizado ayuda a los ancianos y a las personas con movilidad limitada a mantener su independencia. Aumenta la estabilidad, reduce el riesgo de caídas y facilita los movimientos cotidianos. Atena pone en contacto a las familias con cuidadores profesionales que pueden ayudar en las actividades de la vida diaria. No dudes en ponerte en contacto con nosotros y encontraremos la mejor solución para ti.