Conseguir un trabajo como cuidador en el extranjero es una excelente manera de ganar dinero, conocer otros países y aprender el idioma. Sin embargo, si el dinero es la única motivación, el interesado debe pescar en otras aguas.

Los sueldos de los enfermeros en el extranjero empiezan a superar los mil euros, y un enfermero puede ganar cerca de dos mil euros al mes. La comida y el alojamiento no tienen ningún coste adicional, por lo que el cuidador se lleva a casa un buen dinero después de la visita. Sin embargo, si el candidato carece de sensibilidad hacia la profesión, su entusiasmo se desvanecerá muy rápidamente.

Ser un amigo

Una persona que ha decidido cuidar a los ancianos debe saber, en primer lugar, en qué consiste este trabajo. Debe prepararse para el hecho de que «su» anciano tendrá problemas de salud o cambios de humor y pasará días con él. «Por eso un cuidador debe ser una persona con buena relación con los ancianos, una persona dispuesta a ayudar y a tomarse su trabajo como una misión», explica Michaela Šarníková, de la agencia de contratación Atena. «También debe ser una persona responsable, fiable, empática y enérgica. No es sólo poder cambiar la ropa de una persona mayor lo que la hace sentir bien, sino también poder animarla, comprenderla y ser su amiga», explica.

Comprender
y entender

Con la ayuda de la agencia de empleo Atena, 24 mil personas han encontrado ya un trabajo como cuidador en el extranjero. «Son mujeres y hombres de 18 a 65 años. Sí, a menudo también es un reto para las personas mayores, porque están bien cualificadas para el trabajo. Por ejemplo, podrían cuidar de sus padres con problemas de salud y, por tanto, tener exactamente la experiencia que nuestros clientes extranjeros necesitan», dice Michaela Šarníková.
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Un idioma extranjero es un requisito previo para este trabajo. El cuidador debe conocerlo al menos a nivel B1, ya que se comunicará tanto con la persona mayor como con su familia. Lo que más le interesa es cómo han pasado el día juntos, qué han vivido, cómo se ha sentido el cliente o qué ha comido. El cuidador también debe conocer la farmacia, el hospital o el centro de día al que acude «su» mayor. Por lo tanto, la comunicación diaria en una lengua extranjera es un requisito previo para este puesto.

Hablar con la persona mayor, comprenderla y darle energía positiva son también funciones muy importantes de un cuidador.

Curso de cuidados
¿sí o no?

Una persona que quiera trabajar como cuidador debe tener también los conocimientos necesarios para realizar este trabajo. Sin embargo, algunos países no exigen un curso de enfermería. En Alemania y Austria, el candidato encontrará un puesto de trabajo basándose en las referencias positivas de trabajos anteriores; en Inglaterra, realizará una semana de formación, que completará con un certificado. Sin embargo, en los Países Bajos, donde los cuidadores pueden ganar más dinero, ya exigen un curso de cuidador. «Nuestra agencia recibe a menudo contactos de candidatos que no han tenido experiencia en este trabajo antes. Esto no es un obstáculo. Si se adaptan al trabajo personalmente, adquirirán los conocimientos y la experiencia necesarios durante el curso», explica Michaela Šarníková.
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El curso suele durar dos meses. La persona interesada aprende primero la teoría de los problemas de salud y las enfermedades de las personas mayores, completa la parte práctica y finalmente realiza las prácticas en un centro para personas mayores. Allí les enseñarán cómo administrar la medicación, cómo mover y colocar al cliente, e incluso cómo insertar un catéter, por ejemplo. «Si una persona mayor tiene problemas de salud más graves, su familia solicitará una enfermera. Puede, por ejemplo, incluso ponerle una inyección, algo que no se exige a una niñera normal», añade Michaela Šárniková, de la agencia de contratación Atena.