Cuidar de una persona mayor que ha sufrido un ictus puede ser todo un reto. Comprender las consecuencias y los problemas derivados del ictus es el primer paso para ofrecer una atención eficaz. Sin embargo, para ello, primero tenemos que saber qué es un derrame cerebral.

¿Qué es una apoplejía?

Un ictus es una urgencia médica que se produce cuando se interrumpe el flujo sanguíneo a alguna parte del cerebro. Esta interrupción hace que las células cerebrales se vean privadas de oxígeno y nutrientes, lo que provoca que empiecen a morir en cuestión de minutos. Existen dos tipos básicos de ictus. El ictus isquémico suele producirse cuando un coágulo de sangre obstruye un vaso sanguíneo del cerebro. Un ictus hemorrágico se produce cuando un vaso sanguíneo del cerebro se rompe o tiene una fuga.

Ambos tipos pueden deberse a diversas causas, como hipertensión, tabaquismo, obesidad, colesterol alto, diabetes, enfermedades cardiovasculares y algunos trastornos genéticos. La edad y los antecedentes familiares y personales también pueden influir en el riesgo de ictus.

¿Cuáles son las posibles consecuencias de un ictus?

Un ictus puede acarrear diversas consecuencias, que a menudo varían en función de la gravedad del mismo y de la zona concreta del cerebro afectada. Los efectos inmediatos pueden incluir parálisis parcial, dificultad para hablar o problemas de memoria y comprensión.

La parálisis o debilidad suele afectar a un lado del cuerpo. Una persona que ha sufrido un ictus puede tener dificultades para caminar o realizar tareas sencillas como comer, vestirse o ir al baño. Estos problemas físicos pueden aumentar la dependencia de los cuidadores.

El habla y la comunicación también pueden deteriorarse. Esta afección, conocida como afasia, puede dificultar que una persona encuentre las palabras adecuadas, entienda una conversación, lea o escriba.
También son frecuentes los cambios cognitivos. Pueden incluir pérdida de memoria, falta de atención o dificultad para tomar decisiones. En algunos casos, hay consecuencias emocionales, como cambios rápidos de humor o aumento de la ansiedad y la depresión.

¿Qué debemos tener en cuenta al atender a una persona mayor tras un ictus?

  • Seguimiento médico: las revisiones médicas periódicas son muy importantes después de un ictus. Los médicos supervisan el progreso de la recuperación y controlan cualquier afección médica asociada. Lleve un diario de salud para controlar los síntomas, los efectos de los medicamentos y cualquier cambio en su salud.
  • Fisioterapia: las terapias centradas en la fuerza y la movilidad pueden ayudar a recuperar la función física. Comience según las recomendaciones del equipo médico y mantenga una rutina constante.
  • Logopedia: Si la comunicación es un problema, la logopedia puede ayudar. Los terapeutas utilizan diversas técnicas para mejorar las habilidades lingüísticas y los problemas de deglución.
  • Entrenamiento cognitivo: ejercicios mentales como rompecabezas o juegos de memoria pueden ayudar a la función cognitiva. Consulte a un especialista que le preparará un programa a medida.
  • Apoyo emocional: los supervivientes de un ictus pueden tener problemas emocionales. Fomente una conversación abierta sobre los sentimientos. Considera la posibilidad de recibir ayuda profesional, como un consejero o un grupo de apoyo.
  • Estilo de vida saludable: Fomentar una dieta equilibrada y ejercicio regular según las recomendaciones de los profesionales de la salud. Asegúrese también de que la persona mayor evita fumar y controla el estrés.
  • Seguridad en el hogar: asegúrese de que el espacio vital es seguro y fácil de usar. Instale barras de sujeción en el cuarto de baño, elimine los peligros de tropiezo y proporcione una buena iluminación.

Prevención del ictus

La mejor cura es siempre la prevención. Reconocer los primeros síntomas de un ictus es fundamental para garantizar una intervención médica inmediata, que puede mejorar significativamente los resultados de la recuperación. Puede recordar los síntomas más comunes utilizando el atajo de teclado «RÁPIDO»: Caída de la cara (un lado de la cara está caído o entumecido), Debilidad en el brazo (el brazo está débil o entumecido), Dificultad para hablar (el habla es ininteligible o la persona es incapaz de hablar) y Es hora de llamar a los servicios de emergencia si nota alguno de los siguientes síntomas

Otros síntomas pueden ser confusión repentina, dificultad para ver con uno o ambos ojos, pérdida del equilibrio, dolor de cabeza intenso sin causa conocida o mareos. Si sospecha que alguien está sufriendo un ictus, llame inmediatamente a los servicios de emergencia. Mientras espera la atención médica , mantenga a la persona tranquila, asegúrese de que está en una posición segura y cómoda y controle sus síntomas. No les des comida ni bebida, ya que un ictus puede afectar a su capacidad de tragar. La atención médica profesional inmediata es esencial para minimizar el daño cerebral y las posibles complicaciones.

Recuerde que el viaje de cada superviviente de un ictus es único. La paciencia, la empatía y una actitud positiva ayudan mucho a las personas mayores a sobrellevar las secuelas de un ictus. Ponerse en contacto con profesionales sanitarios, grupos de apoyo y otros cuidadores puede ofrecer valiosas ideas y ayuda a lo largo del proceso.

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