La última semana de abril, varios empleados de Atenas volaron para celebrar una reunión de equipo y disfrutar del caluroso clima exótico. El destino donde pasamos unas vacaciones inolvidables fue Cuba. Pero el respiro era bien merecido. Diez de nuestros colegas han sido seleccionados por su duro trabajo y sus logros a lo largo del año pasado. Tradicionalmente, todos los años nuestra empresa organiza un concurso para los mejores empleados, que irán al mar a relajarse.

En el concurso competían los tres mejores reclutadores, los dos mejores directivos, los dos empleados con mayor contribución y el saltador del año. El Director ha identificado dos puestos comodín. Al final, debido a una enfermedad, no pudimos participar al completo, así que viajamos nueve. V Atenas nos gusta organizar eventos de teambuilding porque son un espacio para conocernos fuera del trabajo y entablar relaciones de compañerismo, lo que mejora la comunicación y la cooperación entre nosotros. Esto también afecta a nuestro rendimiento laboral y se refleja en su eficacia y mejores resultados.

Creación de equipos únicos

El 21 de abril, volamos al lugar de los hechos. Nos alojamos en el Hotel Meliá Varadero. Al llegar conocimos a la delegada Zoya, que nos habló un poco del complejo. Nos presentó las posibilidades que tenemos en la zona, qué excursiones nos esperan. El segundo día de nuestra estancia, nos relajamos en una hermosa playa de arena blanca con palmeras y océano azul. Pero entonces se acabó la holgazanería, porque los días siguientes estuvieron marcados por el descubrimiento de un país hasta entonces desconocido, que sólo conocíamos de oídas, leyendo o en imágenes. Ahora hemos experimentado por nosotros mismos su atmósfera única . ¿Qué clase de vacaciones serían si las pasáramos tumbados en la playa y perdiéramos la oportunidad de vivir momentos inolvidables? Durante toda la aventura cubana nos acompañó un cubano, Julio, que había trabajado en la República Checa, donde aprendió checo.

Relajación activa

Los días siguientes disfrutamos de un descanso activo y salimos a explorar los lugares de interés de Cuba. Hicimos una excursión en un autobús de dos pisos sin techo por Varadero, el mayor balneario de Cuba. Visitamos los mercados locales, donde compramos varios recuerdos. Los mercados estaban llenos de cuadros pintados, productos de cuero y madera, conchas e imanes. Al día siguiente, por supuesto, dimos un paseo en descapotable, como todo buen turista que visita Cuba. Con el viento en el pelo, recorrimos la ciudad portuaria de Matanzas, a unos 30 kilómetros de Varadero y a unos 100 kilómetros de la capital, en un Chevy antiguo de los años cincuenta.

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Cabriolas y cenotes

Por la mañana nos recogieron justo delante del hotel unos chóferes en dos descapotables rojos que conocían todos los rincones de Matanzas. Esta pequeña ciudad es famosa por su original arquitectura, su cultura y sus poetas. Por eso la apodan la Atenas de Cuba, lo que nos convierte en atenienses y tuvimos que tomarnos una foto conmemorativa junto al letrero de la ciudad. Nos esperaban varias paradas. La primera de ellas fue la Cueva Saturno, que es específica porque tiene un lago en su interior. Algunos nos dimos un refrescante baño en las agradables aguas cristalinas y dulzonas. Alcanzaba hasta 20 metros de profundidad y nos acompañaban peces nadadores o gambas. Admiramos la belleza de las estalactitas y estalagmitas dentro y fuera del agua. Una cueva de este tipo se llama cenote: es una profunda sima cárstica de la Edad de Hielo, donde el agua subterránea se acumula y forma un depósito. Tras visitar la cueva, dimos un paseo por la impresionante plaza histórica. Lo terminamos con una visita turística, desde donde vimos el panorama de toda la ciudad. Por encima de la ciudad no pasamos por alto el edificio emblemático de Cuba: la iglesia de la Ermita de Monserrate.

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Delfinario y cocodrilos

También hicimos un crucero en catamarán, un tipo de barco parecido a un yate. Una experiencia inusual y probablemente la mejor para muchos fue ver en directo a los simpáticos y amistosos delfines. Algunos incluso nadamos con ellos, tuvimos la oportunidad de acariciarlos o de que nos dieran un beso. A continuación navegamos hasta la playa de Cayo Blanco. De Cuba también nos llevamos un montón de experiencias insólitas, que no son posibles para cualquiera en la vida. Visitamos la Bahía de Cochinos (debe su nombre a que aquí se criaban cerdos salvajes), una granja de cocodrilos, animales que se crían habitualmente en Cuba. En un fascinante arrecife de coral del mar Caribe, buceamos y admiramos los coloridos peces y corales. Una experiencia sin precedentes fue la migración de los cangrejos, que apenas conseguimos atrapar, porque los cangrejos se trasladan del bosque al mar en abril (época de cría) para poner sus huevos.

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Visita turística de la capital

Por supuesto, no podíamos olvidarnos de visitar la capital: La Habana. Gracias a ella, aprendimos sobre la historia de Cuba, la revolución y los revolucionarios – Ernesto Che Guevara y Fidel Castro – que se unieron en la Revolución Cubana para derrocar al gobierno del dictador Fulgencio Batista. En su testamento, Fidel Castro no quería estatuas suyas en la ciudad, así que no encontramos ninguna, sólo carteles y fotografías. Vimos la Plaza de la Revolución, el Capitolio, del que se dice que es una copia fiel del estadounidense, pero no es exactamente así. Porque este edificio es un metro más alto, largo y ancho que el Capitolio de Washington. También visitamos la casa del Che Guevara, la estatua de Jesucristo, que es una copia de la mundialmente famosa estatua brasileña. Fue construido por la esposa del ex dictador Batista. Paseamos por las hermosas calles, donde los artistas callejeros tocaban en cada esquina. Los ritmos de salsa resonaban por todas partes.

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El café que hizo famoso el célebre escritor

En La Habana, nos detuvimos en el famoso café Bocoy. Degustamos el famoso café y tuvimos la oportunidad de ver la preparación de una bebida especial de café (capuchino mezclado con licor de chocolate flambeado). No podíamos pasar por alto el histórico Restaurante y Bar Floridita, que fue uno de los establecimientos favoritos del famoso escritor Ernest Hemingway. En el bar hay una estatua de bronce de tamaño natural suya, con la que a los turistas les gusta hacerse fotos. Disfrutamos de la bebida favorita del escritor: el daiquiri, mezclado con ron, zumo de lima y pomelo, licor de cereza y azúcar.

Ritmos de salsa y programa nocturno

El penúltimo día de nuestras vacaciones decidimos quedarnos en el complejo y relajarnos un poco. Los viajes fueron hasta. Los entusiastas de los ritmos de baile buscaban una oportunidad para aprender algunos pasos de salsa y otros bailes latinoamericanos durante todas las vacaciones. Cada una de nuestras veladas estuvo repleta de un programa notable y variado. En resumen, nunca nos aburrimos. Disfrutamos con creaciones de danza, actuaciones de canto – piano, ópera, ballet o bailes en el agua. Los entusiastas del deporte aprovechaban el atractivo entorno de la playa y corrían una vuelta por ella cada mañana. ¿Qué sería de un viaje por Cuba si no probáramos los famosos puros cubanos o el ron? Pasamos el último día tomando el sol en la playa y bañándonos en el océano.

No faltó entretenimiento

Nos entretuvimos también gracias a las divertidas historias que nos acompañaron antes -pero también durante- nuestra partida. Una de mis colegas tuvo que tramitar en el último momento, justo antes de su partida, un nuevo pasaporte y visado, sin los cuales los turistas no pueden ir a Cuba. Las razones fueron chips defectuosos en los pasaportes expedidos en Eslovaquia entre noviembre y enero del año pasado y de este año, de los que se han ocupado recientemente los medios de comunicación. Por desgracia, el pasaporte de mi colega era uno de los malos y habría corrido el riesgo de que no la dejaran ir a Cuba. Otro colega perdió su visado en el aeropuerto de camino a Cuba, así que tuvo que conseguir uno nuevo allí mismo. Las situaciones insólitas no pasaron por alto nuestro regreso a casa, cuando perdimos dos veces nuestro vuelo de conexión en Fráncfort. Pero afortunadamente, a pesar de todas las complicaciones, disfrutamos de unas vacaciones agradables e inolvidables, que recordaremos durante mucho tiempo, y regresamos a casa felices.

¿Qué le decimos a la fiesta?

Preguntamos a nuestros colegas qué les parecía Cuba y cómo percibían el país.

«En Cuba vivimos unas vacaciones únicas e inolvidables en un entorno exótico. La gente local era extremadamente amable y bien dispuesta a pesar de su pobreza. Lo que más me gustó fue el viaje a La Habana, el delfinario, donde fuimos en catamarán, la playa de Cajo Blanco y el viaje a Matanzas. Estuvimos en contacto directo con los lugareños, aprendimos más sobre la historia, el régimen y la vida cotidiana de los cubanos gracias a nuestro guía checo». Dávid, expedidor

«Califico super nuestra estancia en Cuba, me gusto el mar limpio, la playa hermosa, el alojamiento. Sobre todo, me interesaba ver delfines y un viaje por La Habana». Janka, consultora de RRHH

«Cuba fue muy interesante, uno se daba cuenta de las condiciones que tiene la gente allí. Nosotros, en cambio, no podemos quejarnos, pues tenemos todo lo que queremos. Los cubanos viven de raciones, algo que nadie puede imaginar si no está en su situación. Lo que más me gustó fue que los cubanos sonreían y siempre eran positivos. Me encanta bailar, su salsa cubana es increíble, así que bailaba donde podía». Petra, consultora de RRHH

Cada moneda tiene dos caras. Durante nuestra estancia en este popular país turístico, tuvimos la oportunidad de percatarnos de los aspectos negativos que todo país tiene. Pero también hemos visto cosas positivas que pueden servir de inspiración a otros países. Podrá leerlo en nuestro próximo blog.

¿Cuál fue el último país que visitó y qué fue lo que más le atrajo de él?