Con los precios del gas y la electricidad actualmente en máximos históricos en toda Europa, las empresas deben ser muy cuidadosas con su consumo de energía si quieren mantenerse a flote. Cuando se mide la diferencia de «tiempos» en el precio de la electricidad, se sabe que ha llegado el momento de actuar con rapidez. Y esto es lo que puedes hacer para minimizar tus gastos en servicios públicos.
Ahorro energético preventivo
De nada sirve ahorrar energía si no se realiza un mantenimiento periódico. Una pequeña fuga puede costarle más agua al día que todo su consumo de agua. Tenga en cuenta que las fugas se producen continuamente las 24 horas del día. Incluso un goteo puede duplicar fácilmente su factura de agua.
Asegúrese de revisar los marcos de puertas y ventanas, especialmente antes del invierno. Un aislamiento deficiente le costará mucha energía valiosa, y los empleados que trabajen cerca pasarán frío por mucho que intente mantener el lugar caliente.
No utilice bombillas anticuadas. Una lámpara de araña con cuatro bombillas convencionales de 80 W consume la misma energía que unas 30 bombillas LED. Y se obtiene la misma cantidad de luz.
Ahora que hemos cubierto lo básico, podemos pasar a los detalles.
Calefacción y refrigeración de espacios
No hace falta ser un experto en termodinámica para ahorrar energía en la calefacción y el aire acondicionado. Para empezar, ajuste las temperaturas a los valores normales. No tiene sentido que los empleados lleven pantalones cortos y camisetas al trabajo en invierno, no quieren pasar demasiado calor. Además, a nadie le gusta tener que llevar una manta al trabajo en verano porque hace frío.
Las temperaturas óptimas para el entorno de trabajo son de 24,5 grados centígrados en verano y 22 grados en invierno. Tenga en cuenta que unos grados menos o más no son un gran problema. Y con los precios actuales del gas y la electricidad, puedes intentar ahorrar un poco más. Por ejemplo, el Ministro de Economía alemán ha sugerido que las instituciones y empresas no se calienten a más de 19 grados.
No apague la calefacción después de las horas de trabajo o los fines de semana. Es mejor bajar la temperatura pero mantener las habitaciones un poco más calientes. Se utiliza mucha menos energía para mantener la temperatura en comparación con la cantidad de energía necesaria para alcanzarla.
Asegúrese de que sus empleados lo conozcan
Es bueno comunicarse abiertamente con sus empleados. Dígales la cantidad que está pagando actualmente por los servicios públicos y compárela con la que pagó el año pasado por el mismo periodo. Explícales que no hay forma de que reciban una bonita prima de Navidad a menos que reduzcan su consumo de energía en una determinada cantidad.
También deben entender que, aunque la empresa es propiedad de los accionistas, su salario está directamente relacionado con la diferencia entre ingresos y gastos. Y el aumento de los precios de la energía es un gasto que no aporta ingresos. Una vez que los empleados comprendan por qué son necesarias estas medidas, serán mucho más receptivos.
Aprende a ahorrar energía
Una vez que su equipo se haya comprometido con el proceso, es el momento de explicarles lo que deben hacer para ahorrar energía. Para empezar, apaga las cosas que no utilizas. No tiene sentido tener los ordenadores encendidos por la noche. Si la sala está vacía, las luces deben estar apagadas. Nadie va a hacer café o a empujar cosas fuera del horario de trabajo: apaga también los electrodomésticos.
El aire fresco es importante, sobre todo en invierno. Hay que ventilar, pero hay que hacerlo bien. Que sea corto pero intenso. Abra bien las ventanas y no las deje abiertas más de cinco minutos.
Ahora que ya sabes lo que tienes que hacer y que tu equipo también se ha apuntado al ahorro de energía, sólo queda un problema por resolver: ¿utilizar el dinero que ahorres para comprar a tus compañeros una buena cena de Navidad, darles una paga extra por las fiestas, o ambas cosas?