En el contexto de los cuidados, se plantea la cuestión de qué cocinar para la persona mayor, ya que los servicios y actividades asociados a los cuidados incluyen la preparación de comidas. Una dieta sana y equilibrada es muy importante para las personas mayores, más que en otros momentos de la vida. Esto se debe a que la nutrición afecta directamente a la salud, la forma física y la calidad de vida en general de una persona. También sirve para prevenir diversas enfermedades, así como la desnutrición.

Regularidad y diversidad

La regularidad y la variedad desempeñan un papel importante en la dieta de las personas mayores. La dieta diaria debe consistir en varias raciones pequeñas. La variedad consiste en comer alimentos variados: cereales, bollería, pasta, arroz, carne, pescado, legumbres, productos lácteos, fruta y verdura. Es necesario que la persona mayor ingiera cantidades adecuadas de nutrientes para que no aumente ni disminuya de peso, sino que sea capaz de mantener un peso razonable.

Menos sal

Las personas mayores necesitan más sal. Esto se debe a que las papilas gustativas cambian y se debilitan con la edad. El cloruro de sodio (es decir, la sal) es importante en la dieta, pero mucho de todo es malo para la salud. En el caso de la sal, esto es claramente cierto. Las investigaciones han demostrado que el exceso de sal puede causar la muerte prematura. La dosis diaria de sal adecuada para las personas mayores es de 1,5 gramos. Un consumo excesivo daña los vasos sanguíneos y provoca riesgo de enfermedades cardiovasculares. También provoca hipertensión. El consumo excesivo de sal puede provocar cáncer de estómago, osteoporosis, cálculos renales y diabetes. Cuando la persona mayor encuentra insípida la comida preparada, hay que recurrir a aromatizarla con hierbas, zumo de limón, espe cias y condimentos que no irriten el estómago. Los alimentos marinados, esterilizados o enlatados no prosperan. Utiliza verduras frescas o congeladas en su lugar. También deben evitarse los productos semiacabados que contengan un exceso de conservantes nocivos.

Limitar el azúcar

En general, el azúcar refinado no es bueno para la salud, sobre todo cuando se trata de personas mayores. Diariamente es conveniente tomar 60 gramos de azúcar. El azúcar es perjudicial para el hígado. El exceso de edulcorante está asociado al riesgo infarto de miocardio y otras enfermedades cardiovasculares y trastornos metabólicos. Por supuesto, debido al azúcar, se forman caries dentales, el azúcar alto en sangre puede provocar diabetes. Por último, pero no menos importante, está la amenaza de Obesidadlo que resulta aún más incómodo en la vejez, ya que sobrecarga las articulaciones y los huesos, que tienden a ser más frágiles y débiles. Además, es un problema para las personas inmóviles que tienen movimientos limitados. El azúcar tradicional puede sustituirse por edulcorantes naturales como la estevia, la miel o el sirope de arce. Los platos son igual de sabrosos con ellos. El azúcar no sólo se encuentra en alimentos en los que naturalmente lo esperamos, pasteles, chocolate, sino también en alimentos precocinados, yogures, cereales, ketchup o mostaza.

Calcio y vitamina D

Ambos ingredientes son muy esenciales para la salud ósea a fin de prevenir la osteoporosis, a la que son propensos los ancianos. El calcio se encuentra principalmente en la leche y los productos lácteos, el queso y el yogur. La vitamina D, que favorece la absorción y utilización del calcio en nuestro organismo, se encuentra principalmente en el pescado, los huevos y el cacao, aunque la obtenemos sobre todo de la luz solar.

Régimen de consumo

Para todas las personas, y desde luego para los ancianos, una hidratación regular y Es esencial una ingesta suficiente de líquidos. Los mayores deben tomar líquidos bajos en calorías, es decir, agua sola , zumos de fruta e infusiones. Por supuesto, las frutas, las verduras y las sopas también contienen líquidos. A medida que las personas envejecen, no sienten sed tanto como cuando eran jóvenes, por lo que necesitan que se les recuerde que deben beber, y hoy en día existen diferentes aplicaciones . La cafeína y el alcohol deben limitarse , lo ideal es evitar su consumo.

Alergias

Las intolerancias y alergias alimentarias, si las hay, también deben tenerse en cuenta a la hora de cocinar y la elección de la dieta debe adaptarse en consecuencia. También diferentes dietas, como para la diabetes. Las alergias más comunes son las alergias a los cereales, la leche de vaca, el marisco o los frutos secos. La dieta también debe adaptarse al estado de los dientes de los ancianos, ya que muchos de ellos ya no tienen dientes a esta edad: cocine los alimentos para que estén blandos o córtelos en trozos más pequeños. Lo más adecuado es preparar los alimentos hirviéndolos, guisándolos u horneándolos. Asar y freír no son formas adecuadas de preparar los alimentos porque no son saludables.

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