En el vertiginoso mundo actual, la capacidad de aprender rápida y eficazmente es cada vez más valiosa. Porque cuanto más rápido aprendas, más rápido podrás aplicar tus conocimientos y recoger los frutos. Sin embargo, la capacidad de nuestro cerebro para almacenar información en la memoria a corto plazo es limitada. El estudio seminal de George Armitage Miller de 1956 reveló que la persona media sólo puede almacenar unos siete elementos en la memoria a corto plazo. De ello se deduce que, ante una presentación o conferencia que presenta diez puntos importantes, es prácticamente imposible recordarlo todo. La clave está en salvar la distancia entre la memoria a corto plazo y la memoria a largo plazo. Hoy estudiaremos técnicas eficaces para mejorar la retención de conocimientos y transferirlos de la efímera memoria a corto plazo al almacén permanente de la memoria a largo plazo.
Anótelo
Las personas que «recuerdan» tienden a olvidar. Los que lo escriben, sin embargo, lo recuerdan. No hay método más fácil y eficaz para retener toda la valiosa información que has adquirido. La solución es tenerlo todo organizado para poder acceder rápidamente a la información específica.
Divide tus notas en categorías por materias o temas y crea secciones separadas para cada una de ellas. Dentro de cada sección, organice la información cronológicamente o por orden de importancia y colóquela en una secuencia lógica. Considera la posibilidad de utilizar títulos, subtítulos, viñetas o numeración para estructurar tus notas y facilitar la navegación. Además, la codificación por colores o el uso de diferentes rotuladores fluorescentes pueden ayudar a diferenciar visualmente los puntos clave o las ideas relacionadas. Asegúrate de que tus notas sean claras y legibles, utiliza un formato coherente y un lenguaje conciso. La clave para organizar tus notas con eficacia es crear un sistema coherente y organizado que se adapte a tu estilo y te facilite encontrar la información de forma eficiente.
Repetición escalonada
Supongamos que queremos aprender una palabra nueva en un idioma extranjero. Si lo decimos o escribimos diez veces en pocos minutos, lo más probable es que lo olvidemos. En lugar de atiborrar toda la información en una sesión, distribuye la repetición a lo largo de varios días o semanas. Esta técnica, conocida como repetición espaciada, aprovecha el efecto psicológico del espaciado, que sugiere que aprendemos y retenemos mejor la información cuando la encontramos a determinados intervalos. Al repetir el material a intervalos estratégicos, se refuerzan las conexiones neuronales y aumentan las posibilidades de codificar la información en la memoria a largo plazo.
Estrategias de aprendizaje activo
La recepción pasiva de la información puede obstaculizar la transferencia eficaz de conocimientos. Por el contrario, aplicar estrategias de aprendizaje activo puede favorecer una comprensión más profunda y la consolidación de la memoria. Técnicas como resumir la información con tus propias palabras, aprender el material de otra persona o crear fichas de autoaprendizaje pueden ayudarte a procesar y consolidar activamente lo que has aprendido. Al comprometerse activamente con el material, se refuerzan las conexiones neuronales y aumentan las posibilidades de transferir los conocimientos de la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo.
Agrupar
Una técnica eficaz para mejorar la retención de información en la memoria es la fragmentación. En lugar de intentar recordar elementos individuales, puedes agrupar la información relacionada en conjuntos o «trozos» significativos. Por ejemplo, si necesitas memorizar una serie de números, como 3141592653, puedes dividirla en partes como 3,14, 159, 26 y 53, que corresponden a constantes matemáticas y cifras significativas conocidas. Si organizas la información en trozos manejables, superarás las limitaciones de la memoria a corto plazo y te resultará más fácil recordarla. Recuerde que la fragmentación no es sólo para matemáticos. Puedes utilizar el mismo método independientemente de lo que estés aprendiendo. Sólo tienes que conectar las piezas de información de la forma que puedas.
¿Cómo recordamos nuestro saber hacer en Atenas?
Como empresa que innova cada día, es muy importante ayudar a nuestros empleados a recordar la información sobre las nuevas herramientas que pueden utilizar para aumentar la productividad o facilitar su trabajo.
Por lo tanto, no nos basamos en un único método. En primer lugar, almacenamos toda la información de que disponemos. Las partes más importantes de cada reunión, presentación o sesión de formación quedan claramente almacenadas y a disposición de nuestros empleados en cualquier momento. Otro método que utilizamos es la repetición espaciada: repitiendo información importante de vez en cuando y creando un test sobre ella, nos aseguramos de que todos en la empresa la recuerden. En Atena también recurrimos al aprendizaje activo y a las estrategias de fragmentación cuando encontramos la oportunidad de aplicarlas, ya que también son excelentes formas de retener la información a largo plazo.
¿Cómo te aseguras de que recuerdas algo? Compártalo con nosotros en la sección de comentarios.